Jose Pedro En-namouss. Técnico de Stop Rumores en Huelva Acoge
Comienza el año nuevo con nuevas metas, objetivos y expectativas. 2020 comenzaba así para la mayoría de personas pero en las calles ya se oía un runrún sobre un virus, pero parecía que estaba a muchos kilómetros de distancia y no nos alcanzaría. No obstante, el eco de la noticia cada vez se hacía más y más fuerte, también transciende así con los rumores. Suelen llamar más la atención aprovechando sucesos puntuales o ideas preconcebidas, generando principalmente cierto malestar debido a su carga informativa falsa y sesgada.
Con el transcurso del tiempo, el runrún fue superando fronteras y países y no importaba la zona donde estuvieras, vivieras, tu origen, tu sexo u orientación sexual, circulaba libremente. Llegó el momento de la cuarentena y el confinamiento; un periodo de tiempo algo difícil de llevar en los primeros días e incluso semanas, pero necesario para adaptarse, continuar y disminuir el número de contagios. En este periodo hemos apreciado las mejores versiones de la ciudadanía desde el apoyo, la cercanía, la solidaridad. Hemos presenciado actos muy humanos, personas que han salido a sus balcones o ventanas para amenizar las tardes o las mañanas con “su arte”, hemos pasado más tiempo en contacto con la familia , se generalizó el uso de las vídeo-llamadas, vídeo-reuniones y vídeo-formaciones; un cambio de estilo de vida de 180 grados.
Sin embargo, no todo ha sido positivo. Ciertos colectivos han visto su realidad afectada por los rumores, generalmente negativos, traduciéndose en distanciamientos entre la ciudadanía. Pareciera que los rumores en lugar de estar en cuarentena como las personas, más bien crecieran en número y se extendiera como el propio virus. El motivo principal ha sido la información sesgada que hemos estado recibiendo, una lluvia de información que nos llegaba desde diferentes fuentes, la televisión y sus programas, las redes sociales o incluso el “boca a boca”.
Las redes sociales es uno de los mayores focos de rumores que tenemos en la actualidad, donde tenemos al alcance de nuestras manos cualquier tipo de información, así como la posibilidad de buscarla y contrastarla. Nos creemos lo primero que leemos o vemos, sin cuestionar el sesgo o la veracidad de la información. Las redes sociales nos han aportado y nos siguen aportando mucho pero su uso tiene que ser con cautela, ya que una inadecuada interpretación o inadecuada redacción puede generar conflictos de interés o un comentario puede llegar a ser el desencadenante de un rumor.
No obstante, los rumores siempre han existido aunque en las semanas previas y durante el estado de alarma se han intensificados. Entre los que han surgido, se puede destacar el rumor del aumento de las llegadas de personas inmigrantes a la costa de manera irregular; que según datos oficiales del Ministerio del Interior en su informe quincenal, “No”. Han llegado más personas irregulares, más bien al contrario, han llegado 5000 personas menos, lo que ha aumentado es el número de embarcaciones (ver fuente: http://www.interior.gob.es/prensa/balances-e-informes/2020)
Otro ejemplo de rumor surgido previamente al estado de alarma gira en torno al virus COVID-19. Se ha comentado que lo transmiten las personas de origen chino, generalizándose hasta el punto de existir casos donde se ha informado de no asistir a establecimientos regentados por personas de origen chico por el temor a un posible contagio. Posteriormente, la persona que difundió el rumor se retractó y disculpó con la persona afectada.
Cuando se comparte un rumor, principalmente se debe a que existe cierto miedo de fondo o a lo desconocido, en el caso anterior, miedo al COVID19. Muchas cuestiones nos generan este sentimiento pero es humano sentirlo. Lo que no podemos es dejar que dicho miedo se traduzca en pensar erróneamente por sucesos concretos y aislados que se generalizan, llegando incluso a emplearse la violencia, sin importar el formato ni las consecuencias.
Durante el estado de alarma, los rumores no han descansado y además tenían un buen escenario para expandirse. La población tenía mucho tiempo libre, el acceso a la información era rápido, la falta de contrastación de la información y el miedo, etc.
El virus de los rumores no ha aparecido ahora, lo llevamos arrastrando desde hace muchos años o décadas, afectando e infectando a toda la ciudadanía. No hace distinciones y a quien más daño acaba haciendo es a aquella población que por diversos motivos, se convierte en ese “chivo expiatorio” al cual culpar de lo malo que pasa. Frente a los rumores, la diversidad y la información veraz son la mejor medicina. Citando a la UNESCO, la diversidad cultural de hoy está formada por “un mosaico rico y variado que nos amplía las alternativas; alimenta diversas capacidades, valores humanos, cosmovisiones y puede impulsar el desarrollo sostenible de los individuos, comunidades y países”. Respecto a la información, poner en cuarentena aquella que podamos sospechar como falsa o aquella de la cual estamos recibiendo información contradictoria o diferente. Seamos ciudadanía, actuemos juntos y juntas frente a este virus que nos está distanciando y enfrentando.