Nueva sesión de Stop Rumores en Málaga

Por Agustín Olías, voluntario de Andalucía Acoge y agente antirumor.

Hoy hemos tenido una agradable visita en la sede de la calle Bustamante de Málaga Acoge: un grupo de scouts. Chicas y chicos de entre catorce y diecisiete años, acompañados de tres monitoras y un monitor, procedentes de Barcelona, del barrio de la Sagrada Familia. Su objetivo ha sido conocer el trabajo y las actividades de Málaga Acoge, después de su primer contacto el pasado viernes con el Área de Educación, ya que acompañaron y organizaron actividades para las niñas y niños que participan en las colonias urbanas de este verano.

Ya desde los primeros momentos de su llegada y tras el intercambio de saludos, se ve que son gente “sanota”, con preocupaciones sociales y muy andarines. Llevan varios días en Málaga y solo de oír las excursiones que habían hecho y pensaban hacer me canso. ¡Con estos calores! Un grupo tan numeroso nos ocupó toda la sala principal de la sede, esa sala multifunción que lo mismo sirve para celebrar reuniones numerosas como ésta, alguna fiesta o, más habitualmente y dividida por biombos, se convierte en sala de espera y aulas para los cursos de español.

Rebeca Pascual, técnica del Área de Educación de la entidad fue la encargada de darles la bienvenida y explicarles qué es Málaga Acoge, su organización y actividades. Luego, un servidor, Agustín, les habló del proyecto Stop rumores. Yo esperaba, con cierta curiosidad, el comportamiento de un grupo diferente a los que, hasta ahora, había conocido en los talleres similares impartidos en institutos de Torremolinos, Benalmádena y Fuengirola: jóvenes catalanes, de diferentes edades, procedentes de diferentes institutos, pero unidos por un deseo común, ser scouts ¿Encontré grandes diferencias con los grupos de institutos malagueños que he conocido a lo largo de este año? En general, diría que no, aunque podría encontrar matices. Por ejemplo, en sus dibujos sobre qué les venía a la cabeza cuando hablamos de inmigración, no aparecían tantas vallas como en los dibujos de las y los estudiantes malagueñas y malagueños. La lejanía debe influir. También, es solo una impresión mía, un grado de interés y concienciación mayor que en los grupos de instituto, pero creo que es por la propia naturaleza del grupo, unido por un deseo común de participar en determinadas actividades sociales.

Donde sí realmente se notó una gran diferencia fue en el punto final: las preguntas. Este grupo se había preparado la reunión. ¡Venían con muchas cuestiones preparadas! Nos pusieron a prueba, especialmente a Rebeca, que contestó a todas las preguntas y dudas que surgieron.

Recopilando ideas, hubo dos temas que motivaron muchas de sus preguntas:

  1. Cuando llegan las personas inmigrantes en Málaga ¿Cómo se sienten? ¿Se desmoralizan, se adaptan, se rebelan?
  2. El poder que Málaga Acoge tiene para cambiar las cosas. La idea subyacente viene a ser que si los políticos no pueden o no saben solucionar los graves problemas de la inmigración, ¿pueden hacer algo más eficiente las organizaciones como Málaga Acoge?

La reunión fue muy agradable y participativa. Es muy satisfactorio ver cómo un grupo de gente tan joven (sí, para mi edad son muy jóvenes) se involucran en estos temas sociales. Y, desde luego, gran mérito para las tres monitoras y el monitor, también muy jóvenes, que se involucran en la difícil tarea de acompañamiento del grupo.

 

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